Hoy te escribo desde Miami.

¡Y qué feliz estoy!

Yo soy de esas personas que cuando les preguntan ¿mar o montaña? no lo dudo un segundo, ¡mar! ¡siempre mar!

Desde que mis hijas eran chiquitas, siempre han tenido unas vacaciones de invierno en febrero.

Viviendo en Michigan se suponía que era para salir del duro invierno e intentar buscar un poco de sol más al sur.

Al principio no lo aprovechábamos, y un año incluso cometimos el error de irnos a esquiar todavía más al norte. Fue un año especialmente frio, una ola polar o el vórtex polar o ya no recuerdo qué fue.

Solo recuerdo los -40 F de sensación térmica. Y que el último día ni intentamos esquiar. Y que esa fue la última vez en mi vida que me puse unos esquíes, o que decidí pasar las vacaciones de invierno más al norte de Florida o Arizona.

Por cierto, sabias que -40 F es también -40 C?

Ahora ya no vivo en Michigan. Los inviernos en DC no son tan duros, pero son inviernos. Suaves y cortos, pero inviernos.

No te das cuenta pero poco a poco la falta de luz, los días de lluvia, el frio y el aburrimiento en general se apoderan de ti.

Y entiendes lo que es la depresión estacional.

Aunque yo no la sufro, reconozco que estoy deseando escaparme al sur, al sol, al mar. Y el momento en que veo el sol y el calor me siento mucho mejor.

Estos días, además de la clásica depresión estacional, muchos pacientes están ya mal debido a la pandemia.

Muchos meses de aislamiento.

No poder hacer cosas que antes eran normales.

La incertidumbre de que pasará con este virus o de si vendrá otro nuevo están afectando a la población mas de lo normal para estas épocas del año.

Y los pacientes hispanohablantes no son una excepción.

 

¿Qué preguntas puedes hacer a tus pacientes para asegurarte de que están bien, o si sospechas que pueden estar deprimidos?

  • ¿Se siente apático, sin ganas de hacer nada?
  • ¿Está mas triste de lo normal?
  • ¿Se siente decaído gran parte del día, casi todos los días?
  • ¿Ha perdido el interés en actividades que antes solía disfrutar?
  • ¿Se siente más cansado o sin energía?
  • ¿Duerme más de lo normal?
  • ¿Tiene dificultad para concentrarse?
  • ¿Se siente desesperanzado o inútil?
  • ¿Tiene sentimientos de culpa?
  • ¿Siente que ya no quiere vivir?
  • ¿Ha notado cambios de apetito, especialmente un antojo por consumir alimentos ricos en hidratos de carbono?
  • ¿Alguien en su familia sufre o ha sufrido depresión, ansiedad, o algún otro trastorno de salud mental?

 

¿Qué les puedes recomendar para mejorar su situación?

Bueno, aquí les puedes hablar de la serotonina, la melatonina, la vitamina D y la fototerapia.

Pero realmente no sé si existe alguna terapia que supere el contacto con la verdadera luz solar.

Yo vuelvo a casa pasado mañana y solo de pensarlo y me estoy poniendo triste. Ya lo dijo algún sabio, todo lo bueno tiene un final.

Te dejo que me voy a despedir del mar, el sol, las olas y el calor.

Ánimo, que ya queda menos para que llegue la primavera.

Hasta la próxima semana